
TUCSON, Arizona, EE.UU. (AP) — Los médicos de la congresista Gabrielle Giffords se mostraron optimistas sobre sus posibilidades de sobrevivir tras ser baleada en la cabeza y dijeron estar "muy animados" porque puede responder a órdenes simples y porque lograron controlar sus hemorragias, mientras las autoridades buscan a un segundo sospechoso en el ataque.
Sigue siendo un misterio el motivo que llevó a un hombre armado a matar a seis personas y herir a 14 en total al atacar el sábado con un arma semiautomática una reunión de la congresista con votantes afuera de un supermercado de Tucson.
El FBI anunció que se podrían presentar cargos contra el atacante el mismo domingo, mientras el presidente de la Cámara de Representantes John Boehner anunciaba que las tareas ordinarias del cuerpo quedaban postergadas esta semana.
Entre los muertos había un juez federal, un empleado de Giffords y una niña de nueve años nacida el 11 de septiembre del 2001, el mismo día de los ataques terroristas en Nueva York y Washington.
La bala atravesó la cabeza de la demócrata Giffords del lado izquierdo de su cerebro, pero aún puede responder a órdenes, como la de cerrar una mano o levantar dos dedos, dijeron los cirujanos. El hecho que esté viva, dijeron, se debe entre otras razones a la buena suerte y a que los paramédicos la llevaron al quirófano en menos de 40 minutos.
"Esta es prácticamente la mejor situación posible", dijo el cirujano Peter Rhee. "Cuando recibes un disparo en la cabeza y la bala te atraviesa el cerebro, las probabilidades de que vivas son muy pequeñas y las probabilidades de que te despiertes y sigas órdenes son mucho más pequeñas. Esperemos que siga así".
Los cirujanos extrajeron fragmentos de hueso para intentar aliviar la presión causada por la hinchazón del cerebro y también retiraron una porción pequeña y muy dañada del órgano. Giffords, de 40 años, no puede hablar porque está conectada a un respirador.
De todos modos, el cirujano Michael Lemole, del Centro Médico Universitario en Tucson, no quiso aventurar un plazo de recuperación. "Estamos hablando de una recuperación de meses a años", dijo.
El domingo, la sinagoga de Tucson a la que asiste Giffords se llenó de personas que oraban por su recuperación. Afuera del hospital, la gente armó un altar con velas, ramos de flores, banderas estadounidenses y carteles que decían "La paz y el amor son más fuertes", "Dios bendiga a Estados Unidos" y "Te amamos, Gabrielle".
La policía dijo que el atacante estaba detenido y el FBI lo identificó como Jared Loughner, de 22 años. Amigos del joven dijeron que era un solitario fumador de marihuana al que el Ejército rechazó en el 2008 y que tuvo problemas de conducta en un instituto terciario local que terminó por abandonar.
No se sabía de inmediato qué lo motivo, pero el alguacil del condado de Pima Clarence Dupnik dijo que era una persona desequilibrada.
En un principio, se pensó que el atacante había actuado con un cómplice y la oficina del alguacil distribuyó una imagen tomada por una cámara de vigilancia de un hombre a quien se había visto en su compañía cerca del lugar del ataque. Pero más tarde las autoridades determinaron que no estaba involucrado, dijo el oficial Jason Ogan, de la oficina del alguacil del condado de Pima.
El atacante disparó contra el director de distrito de Giffords y baleó en forma indiscriminada a otros de sus empleados y a la gente que esperaba en fila para hablar con ella, dijo el portavoz de la congresista Mark Kimble.
"Estaba a no más de tres o cuatro pies (90 a 120 centímetros) de la congresista y el director de distrito", dijo Kimble. El lugar, agregó, era "un caos por completo, gente que gritaba y lloraba".
Una de las víctimas fue Christina-Taylor Green, que nació el día de los ataques terroristas del 2001 y era la nieta del ex manager del equipo de béisbol de los Filis de Filadelfia Dallas Green. La niña, integrante del consejo de alumnos en su escuela, fue al acto por su interés en asuntos de gobierno.
Las autoridades identificaron a los demás muertos como el juez federal John M. Roll, de 63 años; el asesor de Giffords Gabe Zimmerman, de 30; Dorothy Morris, de 76; Dorwin Stoddard, de 76; y Phyllis Scheck, de 79. El juez se había detenido a saludar a Giffords.
Loughner había comprado la pistola Glock de 9 milímetros el año pasado, dijo el director del FBI Robert Mueller.
El joven publicó varios videos en el sitio YouTube, con textos en que hablaba de haber inventado una nueva moneda y se quejaba de la tasa de analfabetismo en el distrito de Giffords.
"Casi toda la gente que no conoce esta información precisa de una nueva moneda, no está informada de métodos de control mental y lavado de cerebro", escribió con errores gramaticales. "Si tengo mis derechos civiles, entonces este mensaje no habría ocurrido".
Los vecinos de Loughner, a unos cinco minutos del lugar del atentado, dijeron que vivía con sus padres y era introvertido. Solía pasear a su perro con una sudadera con capucha, escuchando música en un reproductor digital.
El ataque estremeció al país y ocasionó que muchos estadounidenses se preguntaran si la polarización política de los últimos años influyó en el agresor.
Giffords es una demócrata moderada que sufrió ataques frecuentes de la derecha por su apoyo a la reforma de salud impulsada por la Casa Blanca y su oficina en Tucson sufrió destrozos el día que la cámara baja aprobó esa medida en marzo.
Dupnik criticó la retórica incendiaria que se volvió común en los últimos meses. "Desafortunadamente", dijo, "creo que Arizona se ha vuelto la capital de todo esto. Nos hemos convertido en la Meca del prejuicio y la intolerancia".
La matanza culminó cuando dos personas detuvieron al atacante y un tercero le quitó un cargador que intentaba poner en la pistola, dijo el alguacil.
El atacante "tenía una misión", aseguró Alex Villec, un voluntario en el acto público del sábado.
Giffords también había expresado preocupación por el ambiente político. En una entrevista tras el ataque a su oficina, recordó que la líder conservadora Sarah Palin había apuntado a su escaño como uno de los "blancos" principales en las elecciones de noviembre.
"Estamos en la lista de blancos de Sarah Palin, pero el tema es la manera en que lo ha ilustrado es con el blanco de un arma sobre nuestro distrito. Cuando la gente hace eso, tiene que darse cuenta que esas acciones tienen consecuencias", dijo a la cadena MSNBC.
Después del ataque, Palin expresó sus "sinceras condolencias" a las familias de Giffords y las demás víctimas.
El presidente Barack Obama, visiblemente afectado, describió el hecho como "una tragedia para todo el país".
Mueller viajaba a Arizona para ayudar a coordinar la investigación, dijo el secretario federal de Justicia Eric Holder en un comunicado.
Boehner dijo en un comunicado breve que las banderas de la Cámara de Representantes en el Capitolio en Washington se izarían a media asta en honor del empleado de Giffords que murió.
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