LA BANILEJA DIGITAL

martes, 12 de octubre de 2010

Artículos de primera necesidad aumentan.

El precio del ciento de huevos fue aumentado veinte pesos de una semana a otra.




huevos



Esta semana comenzó a cobrarse 270 pesos por el ciento de huevos (2.70 unidad), veinte pesos sobre los 250 pesos de la semana anterior (2.50 unidad).El cartón de 30 huevos es vendido ahora a 90 pesos, esto es a tres pesos la unidad.
Esta escalada en el precio del producto afecta sobre todo a los sectores de menores ingresos en los que el huevo es un alimento de consumo masivo y afecta el ingreso familiar.
Asimismo los precios del bacalao y arenque aumentaron. Estos dos productos fueron incrementados cinco pesos la libra. Se vendían ayer a $90 y a $50 pesos la libra. Mientras que entre los productos que fueron rebajados en sus precios se encuentra los tomates, que eran vendidos a $15 la libra y esta semana a $18 y $20.
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La libra de ajo se vende a $100, el importado, y el criollo a $70, y la libra de cebolla a RD$25.
El paquete de verduras, cilantro y apio se vende a $25 cada uno.
Una tayota cuesta $8 y $10; una berenjena entre $10 y $15, y el repollo a $70 la libra, mientras que la de auyama se vende a $12 y $15.
La lata de limón agrio es vendida a $40. La libra de harina de maíz a $11, la de trigo a $15, la libra de azúcar crema a $16 y la blanca a $18.
Sus precios permanecían estables, según comerciantes del Mercado Nuevo consultados.
La libra de habichuelas rojas cuesta entre $25 y $30; la de negras $25; de blancas, giras, jacomelo, arvejas y garbanzos a $30 y $24; la libra de guandules a $28 y las lentejas a $25.
Los víveres son otros artículos que según sus vendedores mantienen precios estables.
Entre estos se encuentran la libra de papas a $15; la de yuca a $7, la de ñame a $20, la de yautía blanca a $20 y la amarilla a $25, y la batata a $10 la libra.


Escuela de Escondido es reseñada por periódico.


Hoy el periódico El Hoy se hizo eco ante la situación que atraviesa la escuela de Escondido por lo que en forma de crónica textualmente dice, Son las 2:15 de la tarde y la maestra Milagros Familia está de pie frente a sus alumnos del cuarto curso, en la escuela de Escondido, dirigiendo la oración diaria.
En su plegaria, pide a Dios que los niños aprendan todos los contenidos del día y que la jornada llegue a feliz término.
Sus deseos parecen ser los mismos de toda la comunidad que no aguanta más las precarias condiciones físicas en que realiza sus labores de todos los días.
La escuela funciona en lo que parece ser el local de una modesta vivienda, que fue dividida en seis “salones de clase”.
El tercer curso, por ejemplo, se enseña en lo que era una estrecha cocina.
A simple vista se observa que el plantel es inseguro porque su única salida es una pequeña puerta que sale a la autopista Sánchez.
La oscuridad, falta de ventilación y de espacio son otras de las necesidades que se evidencian en el recinto, en que se suspende la docencia cada vez que llueve.
Con los aguaceros el agua no solo penetra por los hoyos en el techo de zinc, sino que además corre “como río” por el pasillo central.
“Todos los días aquí es una penuria”, confesó una profesora. Sus palabras no pueden estar más alejadas del que debería ser su concepto de centro educativo.
La escuela El Escondido fue fundada en 1964 en esa comunidad. Tiene una matrícula estudiantil de 402 niños, en dos tandas.
Mientras la comunidad educativa atraviesa los días de clase en condiciones “infrahumanas”, está en etapa de terminación el nuevo plantel que les recibir ha sido paralizado hace cuatro años cuando solo faltan las puertas y ventanas, pintura e instalaciones eléctricas.
Tiene dos niveles, seis aulas, dos módulos de baños, pabellón para el nivel inicial y oficinas administrativas.